Hoy, Señor, te presentamos ante ti, todo lo que somos y todo lo que tenemos, nuestra hija.
Deseamos ponerla ante ti con un corazón abierto como el de Maria y así conocer tus designios.
Dale fuerza suficiente para que pierda los miedos y pueda ver claro el proyecto de vida que le tienes.
Queremos compartir este día tan especial contigo, acompañanos a que Romina reciba el bautizo y celebra con nosotros esta nueva y maravillosa vida.